jueves, 2 de enero de 2014

Y para que conste lo firmo - José Ledo del Pozo en Carracedelo

Iglesia parroquial de San Esteban de Carracedelo (León)

José Ledo del Pozo, autor de la “Historia de la nobilísima villa de Benavente”, fue catedrático de filosofía en la Universidad de Valladolid y párroco titular del lugar de Carracedelo (León). Una errata en la portadilla de su “Historia”, obra publicada en Zamora en 1853, confunde a Carracedelo con Carracedo, error que se ha venido manteniendo a lo largo del tiempo.

La única biografía que tenemos del erudito benaventano es la que escribió la profesora Elena Hidalgo Muñoz en la introducción de la edición facsímil de esta obra en el año 2000. Esta breve, pero bien documentada, semblanza está basada a su vez en las notas recopiladas años atrás por Vidal Aguado Seisdedos. Por estas fuentes sabemos que Ledo del Pozo nació en Benavente el 29 de octubre de 1753, siendo bautizado en la parroquia de Santa María de Renueva. Murió en Carracedelo a los 35 años de edad, y fue enterrado en la iglesia de este mismo lugar un 9 de noviembre de 1788. En el libro de difuntos no consta ni la fecha, ni la causa de tan temprano fallecimiento.

Muy poco sabemos de sus años en la parroquia berciana (1779-1788). Según los apuntes de la profesora Elena Hidalgo, era su vicario Manuel Antonio de Pacios quien administraba habitualmente los sacramentos. Ledo visitaba la parroquia temporalmente, alternando estas visitas con el desempeño de la cátedra de Filosofía en la Universidad de Valladolid, y otras actividades entre las que se encontraría la publicación de su otra obra impresa conocida: “Apología del Rey Don Pedro de Castilla”. A este respecto hay que señalar que esta obra salió del establecimiento de Isidoro Fernández Pacheco, en Madrid, sin fecha. Según Palau debió ser publicada hacia 1780. Sin embargo, sabemos que en 1783 y 1784 el autor pedía al Consejo Real licencia para su impresión. La licencia fue concedida el 7 de febrero de 1784. Incluye censura y certificado de la Real Academia de la Historia.

En la documentación de este Consejo encontramos también referencias a otras dos obras para las que también solicitó el preceptivo permiso: "Discurso político y moral sobre la nobleza, obligación y conducta de los nobles", en 1785 y "Oraciones retóricas" en 1785-1787. Mientras que la primera quedó sin resolver, de la segunda consta la licencia favorable concedida el 11 de agosto de 1787.

Precisamente, de sus años en Carracedelo tenemos noticia de un curioso episodio relacionado con la actividad del Tribunal de la Inquisición de Valladolid y el control de las ideas en la España del siglo XVIII. De la documentación exhumada recientemente por Ángel de Prado Moura se desprende que Ledo del Pozo fue objeto de una denuncia en 1782 por poseer libros no recomendables y hacer afirmaciones temerarias sobre la figura de Sor María de Jesús de Ágreda. De todo ello se cursó la oportuna carta al Consejo, hoy conservada en la Sección Inquisición del Archivo Histórico Nacional. El pasaje central de la denuncia es el siguiente:

“Manuel Ramos y Antonio Benigno estando empleados los infraescriptos (individuos del Colegio Seminario de Sahagún) por el Ilmo. Obispo de Astorga en el exercicio de Missionar por el territorio de su jurisdicción, llegamos, día cinco de Enero de este presente año, en prosecución de nuestras tareas al lugar de Carrazedelo, sito entre Ponferrada y Villafranca del Vierzo, y estando en la noche del mismo día en conversación cristiana con Don Josef Ledo, cura propio de dicho lugar, como se tocasse por incidente la V.M. Sor María de Jesús de Ágreda, al punto, el referido Don Joseph, rompió sin la menor reserva en horrores de sus escritos pronunciando que su doctrina estaba condenada. Y aunque reconvenido mirase lo que decía, se ratificó en su dicho; le explicó después añadiendo que lo estaba por la Universidad de París, que su sentir en este punto era que la doctrina de la mencionada Madre era errónea, escandalosa, piarum aurium ofensiva, sapiens heresim, que esto lo daría por escrito de su mano y que si la citábamos en el púlpito, subiría él a decir lo contrario. Para apoyo de este dictamen decía que assí lo traía un libro intitulado “Amort de revelacionibus et visionibus”, que este libro no estaba prohibido, y que él podía livre e inpunemente sostener lo mismo».

Espadaña de la iglesia

Portada románica correspondiente a la fachada sur de la iglesia

Casa rectoral de Carracedelo

Escudo sobre la puerta principal de la casa rectoral

Inscripción romana reaprovechada como jamba de una de las ventanas

En determinados ambientes ilustrados del siglo XVIII fueron muchas las bibliotecas particulares que contaron en sus anaqueles con literatura prohibida. Las fórmulas para sortear las restricciones eran muy variadas y las colecciones privadas eran siempre las más difíciles de controlar. Cuando al tribunal del distrito vallisoletano del Santo Oficio llegaba alguna denuncia sobre la existencia de libros no permitidos en manos de particulares, los inquisidores iniciaban una investigación. Cuestiones personales, viejas afrentas, enemistades o simples envidias eran motivos habituales de las delaciones.

De este curioso relato se deducen aspectos muy poco conocidos de la personalidad de Ledo del Pozo, entre ellos su vehemencia, su carácter apasionado, su afición bibliófila y su conocimiento de autores y obras consideradas heterodoxas en su época.

De su interés por los libros ya teníamos constancia por la amplia bibliografía que manejó en la redacción de su “Historia de Benavente”. Es muy posible que una parte de estas obras formaran parte de su biblioteca privada. En la edición de 1779 de la “Crónica de los Reyes de Castilla”, de Pedro López de Ayala, según las enmiendas de Jerónimo Zurita, Josef de Ledo y Soto figura como suscriptor con el título de “colegial mayor de Santa Cruz de Valladolid”. Este libro constituiría una de las fuentes básicas para componer su “Apología del Rey Don Pedro de Castilla”.

Como señala Vicente Fernández Vázquez, el disfrute del beneficio curado de Carracedelo era uno de los más importantes de la comarca, ya que sólo en diezmos recaudaba 4.936 reales a mediados del siglo XVIII. Por ello, esta parroquia constituía un destino muy codiciado en los concursos de vacantes en la diócesis de Astorga. Además los beneficiados disponían de casa rectoral, con su huerta correspondiente, y contaban con las rentas procedentes de censos (préstamos), arrendamientos, derechos de altar y los oficios durante los días festivos. Esto permitía a los párrocos disfrutar de un elevado nivel de vida en comparación con el resto de sus vecinos. Como se refleja en sus testamentos, todos ellos tenían personal a su servicio, criada, caballo, bienes inmuebles, biblioteca, buenos muebles, etc. Al contar habitualmente con liquidez se permitían incluso hacer préstamos a los vecinos, especialmente en épocas de dificultades económicas. En el momento de redactar su testamento al licenciado Ledo del Pozo le adeudan sus feligreses 5.375 reales que les había prestado.

Del paso de Ledo del Pozo por el Bierzo quedan también sus anotaciones en los libros parroquiales de Carracedelo. Su firma aparece frecuentemente junto a la del vicario, Manuel Antonio de Pacios, refrendando actas, libros de cofradías, cuentas, visitas y certificaciones. Así ocurre por ejemplo en el “Libro de efectos y haberes de la Cofradía del Santísimo Sacramento”.

En uno de sus folios podemos leer la siguiente anotación de su puño y letra: “Publiqué yo el infrascrito Cura Párroco al ofertorio de la Misa popular del día festivo siguiente estos Autos de Visita, y para que conste lo firmo. Dn. Josef Ledo (hay una rúbrica) ”.

Al tratarse de una obra local, la "Historia de Benavente" de Ledo del Pozo no dejó una profunda huella en el panorama bibliográfico de su época. Aún así recibió algunas críticas en los círculos eruditos. Tomás Muñoz y Romero, en su "Diccionario Bibliográfico-histórico de los antiguos Reinos, Provincias, Ciudades, Villas Iglesias y Santuarios de España", Madrid, 1858, no deja en buen lugar al autor benaventano. Califica el contenido de su obra como "pesadez de estilo y no mucha crítica". Carga a continuación contra el editor, por no haber sabido concertar con rigor los diferentes capítulos del manuscrito original:

"Divídese esta obra en 4 libros; al tratar en el primero de la fundacion de Benavente, se extiende largamente el autor hablando de su antiguo nombre y situación. Opina que fue la Intercacia de los Vaceos, apoyándose mucho en la autoridad de los falsos cronicones y en las obras de sus comentadores, a pesar de la ficción de aquellos, que Ledo del Pozo confiesa. En toda la obra se halla erudicion, pesadez en el estilo, y no mucha critica. El editor no tenia completo el manuscrito del autor, y estando para publicarlo, aparecieron algunos fragmentos, poniendo de su cosecha lo que era forzoso para enlazarlos entre si, y en esto no estuvo muy feliz. Pruébalo, entre otras cosas, el principio del libro IV: "Comenzó, dice, una nueva luz a ilustrar a España, después de la avaricia, ruindad y tiranía del rey D. Pedro, a quien sus malas obras dieron el sobrenombre de Cruel". El editor no tenia presente que Ledo del Pozo escribió y publicó, en un tomo en folio la Apología del mismo rey.

Agradezco a los profesores bercianos Vicente Fernández Vázquez, Carlos Fernández Rodríguez y Miguel J. García González su amabilidad para la cesión de documentos y referencias.

Portada de la obra  "Historia de la nobilísima villa de Benavente", por José Ledo del Pozo

Portada de la obra "Apología del rey Don Pedro de Castilla", por José Ledo del Pozo